
¿Te has preguntado cuales son tus motivos actuales para estudiar? Mira a ver si es alguno de los siguientes:
1. No poder hacer ninguna otra cosa.
2. Conseguir un premio o evitar un castigo.
3. Complacer a mis padres y profesores.
4. Quiero prepararme para una profesión que me gusta.
5. Encontrar respuesta a muchas cosas que despiertan mi curiosidad.
6. Educarme mejor.
7. Ser más útil a los demás.
Tras reflexionar sobre tus motivos para el estudio, ¿podrías decir cuáles te parecen más validos y cuales menos de entre los siete citados?
El orden de los mejores quizá varíe mucho, y todos puedan ser válidos.
Pero está claro, por la evidencia estadística, que los peores motivos (en este orden) son: el 1, el 2 y el 3.
¿Es posible, entonces, desarrollar en uno mismo más y mejores motivos para el estudio? Afortunadamente, sí es posible. Puedes conseguir, si te lo propones de verdad, que una asignatura que te resultaba un “rollo” llegue a ser interesante. A continuación te sugerimos algunos procedimientos:
·Proponte pequeñas metas cada día y comprueba si las has conseguido; ·Relaciona el contenido de la asignatura con algo que te guste;
·Comenta de vez en cuando algún aspecto de la asignatura con compañeros muy interesados en ella, o con el profesor;
·Realiza algunas tareas en equipo;
·Hazte preguntas a ti mismo en relación con el contenido de un tema antes de estudiarlo, y trata de responderlas a medida que lo vayas conociendo;
·Estudia de una forma activa: reflexiona, subraya lo importante, consulta en el diccionario o enciclopedia lo que no entiendas o exija ser ampliado, etc.
Con estos procedimientos se busca que el trabajo de estudiar tenga sentido para quien lo realiza, y en consecuencia, sea atrayente.
Fuente: http://www.tecnicas-de-estudio.org/ie/motivos.htm
No hay comentarios:
Publicar un comentario