La escasez de tiempo, y por consiguiente, el apuro,
definen al hombre contemporáneo, el cual debe plegarse a este requisito
de modernidad que incluso responde a su propia exigencia de estar
enterado de todo lo que se edita.
Congresos, diarios, revistas especializadas,
publicaciones en general, segundo a segundo llaman a la puerta de la
atención para solicitar nuestro interés. El 'estar enterado' equivale
también a un modo de lucha por la vida, en esa carrera tremendamente
competitiva llamada 'status', y que es la forma socialmente convencional
de ubicar el éxito o el fracaso.
Para el profesional consciente, no estar informado
de las últimas lecturas que reflejan los adelantos técnicos o
especializados de su carrera equivale a 'perder el tren' en la intensa
capacitación que se requiere para ser calificado como el 'número 1' de
un staff, de allí que las nuevas técnicas de aprendizaje sean en la
actualidad algo tan necesario como el saber manejar una computadora.
Un aprendizaje cabal exige la consideración y
combinación de varios elementos de naturaleza diversa. Como en una obra
de arte, desde la emoción hasta el esfuerzo, pasando por las buenas
técnicas, nada debe ser descartado.
Es necesario abarcar todos los elementos del
aprendizaje eficaz, en el cual, el factor tiempo (velocidad y
resultados) no es menos importante que los demás factores.
El tiempo es una oportunidad igual para todos.
Cualquier ser humano tiene exactamente la misma cantidad de horas y
minutos, cada día. Los más ricos no pueden comprar, en su vida, ni una
hora de más. Los más brillantes científicos no logran inventar un solo
minuto, y nadie, sea quien sea, puede guardar tiempo para utilizarlo
otro día.
Sin embargo, el tiempo, en una dirección, es
extremadamente justo y generoso. No importa cuánto tiempo se haya
perdido en el pasado, todavía tenemos un mañana entero. El éxito depende
del uso inteligente del tiempo, planeando y estableciendo prioridades.
Gestionar el tiempo es clave para aprender algo
sistemáticamente. El tiempo es un bien escaso; más aún que el dinero. El
dinero va y viene, el tiempo sólo se va.
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