martes, 3 de septiembre de 2013

HÁBITOS QUE FAVORECEN LA CONCENTRACIÓN



Cada cosa a su tiempo.


Conviene que siempre estudies a las mismas horas. En módulos que puedas controlar., libre de interrupciones, excepto las que impongas por tu propia conveniencia. HORARIO FIJO en LUGAR FIJO.


El grado de concentración dependerá del nivel de la actividad.

Cuanto más importante o compleja sea ésta, mayor focalización requerirá. Algunos programas de automonitoreo son automáticos, como el apartarse de una escena distractora. Otros, requieren una dedicación, consciente especial, como por ejemplo, para algún cálculo algebraico, o para escribir un texto original.

Premia sólo la buena concentración.

Muchas veces el dejar de estudiar ya es un premio en sí mismo : una consecuencia reforzadora. Así que sólo debes suspender cuando hayas completado alguna meta. Si tiendes a distraerte, como ejemplo, con un texto de historia, ya leído varias veces sin entenderlo, y tu atención divaga, puedes decirte : (Automonitoreo) “Me voy a concentrar ahora para captar estas dos páginas y luego tomaré un descanso”. El descanso será el premio por focalizarte en esas dos páginas, y no abandonar sin haber cumplido nada. Es fundamental lograr algún “cierre” de un tema, antes de la gratificación que te darás. El mismo “cierre” es una satisfacción en sí. Algo terminado.





Cortos pero buenos.

Asígnate módulos entre 15 y 35 minutos, dependiendo del tipo de material. A medida que te entrenes, conviene que vayas estirando los períodos, como un atleta que se entrena. Un poquito más cada vez, y tu atención se irá fortaleciendo.

Cuando te sientas, comienza de entrada con la tarea.

En el mismo lugar, a la misma hora, y si es posible, de la misma forma. Como colocar tu libro en el centro, las lapiceras a la derecha, prender la luz a la izquierda con la mano izquierda, teniendo las hojas para apuntes en el estante superior, etc. ¡Y de frente a la tarea! Si empiezas a divagar, corres peligro de adquirir un mal hábito, el de dar vueltas antes de comenzar.

Tiempo de Meta en vez de Tiempo de Reloj.

La palabra esfuerzo muchas veces puede. Representar en tu mente algo penoso, desagradable, lucha inútil. Recomendamos reemplazarla por la palabra “Persistencia”, avanzando hacia tu objetivo de la forma más placentera, fácil y cómoda posible.· Descansa lo necesario, una vez conseguido el objetivo propuesto en la tarea anterior. Sólo así se podrá acometer otra tarea distinta y concentrarse plenamente en ella con el mismo y tenaz propósito.

No fuerces jamás la máquina mental. 

Trascurrida dos horas de estudio, hay que descansar brevemente para relajarse de la concentración mantenida hasta ese momento. El momento de descanso lo marca el propio organismo y los síntomas de cansancio pueden ser el picor de ojos, el entumecimiento de los miembros, cierto sopor... y sobre todo, la fatiga mental. Cuando aparezcan estas señales deja de estudiar.

Cambia de materia de estudio, esto ayuda a prolongar por más tiempo la concentración.

 Si se dedica una hora a una materia determinada haciendo dos descansos de cinco minutos, se podrán dedicar otras dos horas a materias distintas con descansos un poco más prolongados (de unos diez minutos, sin que descienda realmente el nivel de concentración).

Haz algo, ¡no te quedes sentado solamente! 

 Conviene que agregues acciones físicas concretas a tu vista, al mero hecho de leer. Una mente activa aprende más que la pasiva, aunque la enseñanza tradicional (ineficiente y obsoleta) exija la atención pasiva durante largos ratos, escuchando la presentación del profesor. Los estudiantes activos emplean mucho menos tiempo que los pasivos, y se presentan más seguros al examen o al aplicar los conocimientos.

Ejemplos de actividades:


1. Subrayar, destacar.

2. Marcar o escribir en los márgenes.

3. Resumir, organizar textos.

4. Parafrasear en forma escrita u oral (repetir lo leído con otras palabras).

5. Asociar con imágenes, escenas, etc.)

6. Emplear reglas mnemotécnicas (ver MEMORIA).

7. Generar preguntas y contestarlas.

8. Asumir el rol del maestro (imaginarlo o hacerlo real) sobre el material estudiado.

9. Hacer diagramas creativos.

10. Enseñar a compañeros de estudio o compartir con ellos. 



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