Cada uno de nosotros será motivado para el estudio cuando sepa cuáles
son los objetivos de la tarea y cuando tenga real interés en
lograrlos. El profesor es el encargado de clarificar dichos objetivos
y de despertar e incentivar el interés por ellos.
Frente al desánimo experimentado ante cualquier tropiezo: es preciso combatirlo por todos los medios ya que, si uno se deja
vencer por él, puede caerse en un conformismo fatal.
Por eso, adopta como regla general no comenzar nunca a hacer una cosa
que no confíes seriamente en que puedes realizarla.
Cuando se produce un fracaso y no se llega a completar una tarea, se
produce una insatisfacción y un cierto sentimiento de culpabilidad que
lleva a perder tiempo y energía.
Frente al ser muy desordenado y perder mucho tiempo en actos inútiles: el
triunfo sobre estos defectos ha de ser tu objetivo prioritario. Para
esto hay reglas muy sencillas que generan nuevos hábitos. Por ejemplo:
Nunca te pongas a estudiar si la mesa se encuentra llena de objetos,
antes ordena, es preferible que no haya nada más que lo que necesites
específicamente. Adquiere la costumbre de archivar bien el material de
cada asignatura. Presta atención al lugar dónde colocas los elementos
necesarios para estudiar y guárdalos siempre en el mismo sitio. No te
levantes de la silla hasta no haber cumplido un plazo de trabajo, por
ejemplo una hora, recién ahí puedes ir a tomar agua o comer un bocado,
luego ponte otra meta de tiempo y cúmplela a rajatablas. Proponte ver
televisión luego de terminar la sesión de estudio, nunca en su
transcurso. Las llamadas telefónicas no urgentes pueden esperar, etc.
Frente al tener dificultades de concentración, de memoria o de
comprensión: es
necesario convencerse de que estas dificultades se pueden remediar con
la práctica de hábitos, métodos y ejercicios apropiados como los que
estás aprendiendo en esta obra.
Frente a la distracción continua en clase, no atendiendo a las
explicaciones del profesor, ni tomando notas o apuntes: habrá que modificar tal actitud (por ejemplo, ensayando la toma de
apuntes con Mapas Mentales) ya que, si se aprovecha bien el tiempo en
clase, se estudiará con mayor rendimiento en casa, y se invertirán
menos horas alcanzando mejor resultado final.
Frente al encontrar aburridas todas las asignaturas, lo que lleva a
estudiar con desgana: te ayudará mucho buscar los puntos de interés de cada materia, directos
o indirectos, para que el trabajo te resulte más ameno.
EL INTERÉS: LA MÁS PODEROSA MOTIVACIÓN
El interés es el resultado de una atención motivada, una síntesis de impulso, atracción y deseo, que mueve al individuo a utilizar los medios eficaces para la consecución de sus objetivos.
El interés es el resultado de una atención motivada, una síntesis de impulso, atracción y deseo, que mueve al individuo a utilizar los medios eficaces para la consecución de sus objetivos.
El interés puede compararse, en lo fisiológico, al hambre y a la sed; es
decir, la persona realmente interesada por un tema no descansa hasta
conocerlo en profundidad y dominarlo.
Factores que contribuyen a despertar el interÉs y la curiosidad
intelectual:
· Un
ambiente familiar rico en incentivos y experiencias de tipo cultural.
· El
ámbito de la ciudad ofrece más estímulos culturales que un ambiente
rural (bibliotecas, espectáculos, etc.).
· En
el ambiente escolar y académico, el profesor es una pieza clave para
despertar el interés del alumno. Su simpatía personal hará posible que
la atracción afectiva de sus alumnos se desplace de la persona al
objeto enseñado. La madurez personal del profesor pesa mucho en el
proceso del aprendizaje, ya que se educa más por lo que se es que por
lo que se hace o dice. Una exposición amena y cálida hace posible la
participación confiada y el diálogo sobre el tema.
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